Somos menos inteligentes de lo que nos creemos.
No me refiero a que tengamos un coeficiente intelectual mayor o menor, sino que a veces no nos damos cuenta de cosas que pasan a nuestro alrededor justo delante de nuestros ojos. Siempre creemos que nuestra situación es la peor de todas, que no existe nadie más que tenga tantos problemas como los nuestros. Pero no es así, no sólo estamos nosotros, hay gente que lo pasa peor mientras tú te quejas porque no tienes un móvil "moderno" o unos zapatos a la moda. Y no me refiero a personas del Tercer Mundo ni a las múltiples personas en paro. Me refiero a gente de tu día a día. Compañeros, amigos, conocidos. Quizás tú pienses que lo sabes todo sobre ellos y sobre su situación, pero no es cierto. Y yo admito ser una de esas personas que viven con los ojos cerrados. Puede que por naturaleza o tal vez inconscientemente, pero no me doy cuenta hasta que alguien se digna a quitarme la venda que me ciega.
Abrir los ojos y ver la devastación que causamos. Porque últimamente una de las bases de nuestras vidas es el egocentrismo. Vivimos pensando en nosotros sin pararnos a observar al resto, y tiene gracia que luego nos quejemos cuando no nos presten atención.
Vivimos ciegos, con la vista nublada por ser el centro del universo.
jueves, 27 de marzo de 2014
jueves, 6 de marzo de 2014
La mano que nos guía.
Hoy me he parado a pensar en lo que me espera. En apenas sólo dos años, acabaré el instituto e iré a la universidad para labrarme un futuro. Un futuro que no consistirá en nada más que en trabajar e intentar sobrevivir. Todo lo que conozco ahora quedará atrás. Mis amigos (ya que sólo algunos continuarán a mi lado, sea porque vayamos a estudiar la mismo lugar o porque son mis amigos de verdad), mi ciudad, mis costumbres, mi yo personal. Tendré que transformarme en una adulta, lo cual veo de todo menos sencillo ya que soy todo lo contrario a una persona madura, y dar el paso para cruzar el abismo que me separa de mi nueva vida como independiente.
Leo comentarios de gente por todas partes que está deseando irse de casa, abandonar el lugar en el que han pasado la mayor parte de su existencia hasta el momento y donde han crecido. No sé que ven al otro lado de su zona confort que les incite a salir, porque yo principalmente tengo miedo de que todo cambie y de tener que comenzar todo de nuevo. Un nuevo lugar. Nueva gente. Nuevas manías.
¿Y si un día me despierto y todo ha cambiado? ¿Y si ya no puedo volver atrás y me desmorono?
Supongo que debo estar preparada para el cambio, pero de momento no lo veo del todo factible.
Aún así, llega un instante en la vida de toda persona en la que el camino se bifurca y toca soltar la mano de nuestros mayores y seguir el trayecto solos, sin rumbo ni ayuda. Desprendernos de esa mano que nos ha guiado todo este tiempo.
Leo comentarios de gente por todas partes que está deseando irse de casa, abandonar el lugar en el que han pasado la mayor parte de su existencia hasta el momento y donde han crecido. No sé que ven al otro lado de su zona confort que les incite a salir, porque yo principalmente tengo miedo de que todo cambie y de tener que comenzar todo de nuevo. Un nuevo lugar. Nueva gente. Nuevas manías.
¿Y si un día me despierto y todo ha cambiado? ¿Y si ya no puedo volver atrás y me desmorono?
Supongo que debo estar preparada para el cambio, pero de momento no lo veo del todo factible.
Aún así, llega un instante en la vida de toda persona en la que el camino se bifurca y toca soltar la mano de nuestros mayores y seguir el trayecto solos, sin rumbo ni ayuda. Desprendernos de esa mano que nos ha guiado todo este tiempo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)