Jamás pensé que las cosas podrían cambiar tan rápido. Supongo que el hecho de que no me enterase de lo que pasaba a mi alrededor tiene algo que ver con que vivo absorta en mi mundo.
Siempre me he reído de aquéllos que decían que estamos sumidos en un mundo de falsedad y que no hay nadie sincero.
Nunca creí que las personas pudiesen llegar a tal punto de hipocresía, pero veo que me equivocaba. Ahora soy consciente de que a veces no vemos o no queremos ver lo que ocurre. Simplemente cerramos los ojos, no sé si por instinto o por miedo, pero lo hacemos. Esto nos impide fijarnos en las máscaras de la gente. En esas máscaras que ocultan sus rostros y sus verdades. Vivimos en una fiesta de disfraces continua.
Todo el mundo tiene algo que esconder, algunos más que otros. Y eso lo pagamos el resto. Lo que no entiendo es que necesidad hay de fingir. Si no te cae bien alguien o no te agrada su compañía, no estés con él, pero no le engañes.
Porque en realidad no vivimos en el 'Planeta azul', sino en el 'Planeta de la hipocresía'.
'' Lo malo de los alcoholes
es que no te dejan ver,
debajo de los disfraces,
lo que puede aparecer. ''