Miro por la ventana. Gotas de lluvia provenientes del cielo caen sobre las ramas de un pequeño abeto que,movido por el viento huracanado se ancla al suelo intentando resistir el máximo de tiempo posible. Se ancla a la vida sólo mediante las raíces. Los pajarillos que antes se encontraban situados sobre aquel diminuto árbol han volado hace unos minutos asustados por el tiempo.
La maleza se agita. Miles de paraguas vuelan sobre las cabezas de los transeúntes que esquivan esa lluvia de "meteoritos" debatiéndose entre la vida y la muerte.
He decidido salir. La acera está húmeda. El aire juega con mi cabello.Finas gotas de agua se posan en mi rostro dibujando formas en mis mejillas. Dibujan recorridos sin un destino concreto. Simplemente se deslizan definiendo mis facciones.
Amo la lluvia. Me encanta mojarme y sentirme en otro mundo. Sentirme como cuando tenía tres años saltando de charco en charco a pesar de no llevar botas de agua. Me encanta dar vueltas y dejar que las gotas entren en mi boca,y luego darme la vuelta y que el viento golpee mi cuerpo intentando atravesarlo sin buenos resultados. Sentir mi piel húmeda bajo mi ropa mojada. Me encanta soñar.
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